martes, 20 de octubre de 2015

La obra de jehova.



LA OBRA DE JEHOVÁ

Manuel Aragón Buitrago

“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho”. Gén. 6:5-7.

¿Qué pecado habían cometido las bestias y avecillas del cielo?

“Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Y dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra”. Gén. 6:12-13.

“¡Demasiadas cosas se le malograron a ese alfarero que no había aprendido bien su oficio! Pero el hecho de que se vengara de sus pucheros y criaturas porque le hubiesen salido mal a él, eso es un pecado contra el buen gusto”. Federico Nietzsche.

“La perfección de la obra está siempre en relación directa de la perfección del obrero. Es el obrero el que debe acomodarse a las exigencias de su obra”: Platón. “La República”.

“¿Por qué fue creado el hombre? O por lo menos, ¿por qué no se creó en su lugar algo honroso? Dios tuvo su oportunidad. Pudo haberse llenado de prestigio. Pero no, tenía que entregarse a esta grotesca locura, a esta calaverada, que tuvo que darle remordimientos cuando se puso a pensarlo y observó sus efectos”. “El hombre es un conjunto de perversidad, cobardía, debilidad y absurdos, un organismo enfermo, un parásito de la naturaleza, un animal atolondrado, pero asesino, más bajo que el cerdo, es un museo de enfermedades, una casa de impurezas. No fue hecho de barro, sino de cieno”. Mark Twain.

“El hombre no es razón, sino un haz de contradicciones”. Miguel de Unamuno.

“El hombre no tiene más males que los que se ha dado el mismo”. “¿Por qué el hombre solo está sujeto a volverse tonto?”. Juan Jacobo Rousseau.

“De repente me sentí asqueado de la brutalidad humana, asqueado de guerras y matanzas, de mentiras y manejos políticos, asqueado de la civilización de las drogas, de la pornografía, del terror que se cierne sobre nosotros cada mañana. Estaba sumido en un abatimiento total. ¡Sentía miedo, vergüenza y tristeza de ser hombre!”. Morris L. West.

“El hombre es lobo del hombre”. Plauto.


JEHOVÁ NO CUMPLIÓ SU PALABRA

No destruyó al hombre, más bien lo dejó vivir para que él se encargara de la destrucción de la tierra. “El hombre, dice Rousseau, es su propio tirano y el de la naturaleza”.

Escuchemos lo que al respecto citado nos dice Henry Miller en su obra “Trópico de Cáncer”: “El mundo, nuestro mundo, lleva cien años o más muriendo. El mundo está pudriéndose, muriendo poco a poco. Pero necesita el golpe de gracia, necesita saltar en pedazos. Ninguno de nosotros está intacto. Vamos a consignarlo: este mundo ha muerto, pero aún no ha recibido sepultura. Estamos nadando en la superficie del tiempo, todo lo demás ha naufragado, está naufragando, va a naufragar”. “El mundo que nos rodea está desintegrándose y deja aquí y allá lunares de tiempo. El mundo es un cáncer que se devora a sí mismo. Estoy pensando en que, cuando el gran silencio descienda sobre todo y por doquier, la música triunfará por fin. Cuando todo vuelva a retirarse a la matriz del tiempo, reinará el caos de nuevo, y el caos es la partitura en que se escribe la realidad. El universo ha mermado: sólo tiene una manzana de largo y no hay estrellas, ni árboles, ni ríos. La gente que vive aquí está muerta”.

El grito de Miller, es una mezcla de lamento angustioso, de acusación, de denuncia y advertencia de un hombre que está despierto y no es indiferente a la universal tragedia que se cierne sobre las generaciones futuras, que afectará primero a los pobres, pero que a los ricos que la causaron también les llegará su turno.

En Nicaragua no tenemos escritores a lo Miller, nuestros escritores viven en las estrellas, sus pies están suspendidos sobre la tierra, es por eso que sólo escriben bobadas con que deleitan a los bobos. Ese es su público.

Mientras los pueblos duermen y las juventudes están intoxicadas por los vicios y deportes, la motosierra trabaja: los árboles caen, los ríos se secan, la tierra muere. El bárbaro español juzgó salvaje a nuestros antepasados porque la tala de un árbol era precedida de una ceremonia ritual en que se le pedía perdón, el tiempo y la razón se han encargado de decirnos quienes son los verdaderos salvajes. Los incas siempre han llamado a la tierra “la pacha mama”, porque ella nos da nuestros alimentos, y hasta hoy, mientras otros la destruyen, un día del año ellos le rinden homenaje y con ingenuo amor le hacen regalos.
Nuestros “intelectuales”, así entrecomillados, son también indiferentes al cataclismo apocalíptico en marcha. Ellos andan muy afanados en busca de áurea fama con sus escritos inópicos de vital importancia. No se han dado cuenta que escriben para ellos, y que sus escritos son mirados con desdén por las personas que piensan.

JOHN STEINBECK

John Steinbeck, Premio Nobel de Literatura 1962, narra en su obra “Viajes con Charley”, que es un perro: “Hace unos años, un recién llegado, un extraño, se mudó a mi región cerca de Monterrey. Debía tener los sentidos mellados por el dinero y el afán de conseguirlo. Compró un bosquesillo en un valle profundo cerca de la costa, y luego, como era su derecho de propietario, lo taló y vendió la madera, y dejó en el suelo los restos de su carnicería. La gente quedó escandalizada y anonadada. No solo era un asesinato sino un sacrilegio. Mirábamos a ese hombre con odio, y quedó marcado hasta el día de su muerte”. “He visto una mirada en los ojos de los perros, una mirada fugaz de pasmado desdén y estoy convencido de que los perros creen que los humanos están locos”.

¿Cuándo tendremos en Nicaragua un Steinbeck? No soy arúspice, pero me atrevo a pronosticar: ¡NUNCA!.

En este país hemos tenido grandes arbolicidas: Segundo Astorga, Carlos Morales Orosco, y otros. Morales Orosco fue muerto por los sandinistas en la montaña cuando en plena guerra andaba en busca de su oro. Para mi no fue un crimen, fue un ajusticiamiento involuntario. Ellos hicieron famosos lo que llamaron “benques de madera”. Yo he visto llorar a mi esposa al contemplar del río Gil Gonzáles que conoció caudaloso, sólo el cauce. En Puerto Cabezas una empresa norteamericana hizo tal despale de pinos, que dejó un llano de troncos conocido como “la tronquera”.

Las consecuencias de la destrucción de este planeta ya se evidencian en algunos lugares del continente africano, son miles los que mueren lentamente condenados al suplicio de Tántalo: la sed y el hambre.

RUBÉN DARÍO PROFÉTICO

“Después de todo, todo es nada, la gloria comprendida. Si es cierto que “el busto sobrevive a la ciudad”, no es menos cierto que lo infinito del tiempo y del espacio, el busto como la ciudad, y, ¡ay!, el planeta mismo, habrán de desaparecer ante la mirada de la única Eternidad”.


Escritor autodidacto

Tel. 2268-9093 – 8879-2294

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