martes, 20 de octubre de 2015

Compendio de una conferencia.



14 de julio de 2012

Managua, Nicaragua | elnuevodiario.com.ni

Compendio de una conferencia

Manuel Aragón Buitrago | Opinión

Invitado por Ariel Montoya, presidente de la Fundación Esquipulas, y por el simpático Lolito Morales, a dar una conferencia en el Teatro Nacional Rubén Darío, el pasado lunes 9 de julio, sobre el antiobrerismo de Rubén Darío, me presenté con mis armas de combate, llevando como tema el artículo “Dinamita” del poeta, siendo mi oponente el reconocido intelectual doctor Jorge Eduardo Arellano. La asistencia fue satisfactoria y estimulante, ya que patentiza que hay en Nicaragua personas interesadas en las cosas del espíritu y del intelecto, ansiosas de adquirir conocimientos.

En el transcurso de mi disertación, mencioné la axiomática afirmación del poeta alemán Johann Wolfgang Goethe, de que “la ignorancia es atrevida”. Al pasar al acto de preguntas y respuestas, una damita joven, emponzoñada por el virus de la pasión e intolerancia, dijo, más que preguntó, que “la soberbia también es atrevida”, y que yo era un soberbio. En esta clase de eventos son estas cosas normales, y algunas veces la pasión, como siempre, obnubila la razón. El dicho de dicha damita, confirma lo dicho por Goethe, descubriéndose al mismo tiempo como una desconocedora del temperamento vanidoso y autoalabancioso de su ídolo, demostrando que, como los antiguos helenos, adora a un dios no conocido, como la mayoría de los nicaragüenses, y que la autoalabanza, lejos de ser una virtud, es soberbia.

Según don Miguel de Cervantes Saavedra, que no sé si lo habrá oído mencionar la señorita, “la alabanza propia envilece”. “Cree el soberbio –dice José Martí– que la tierra fue hecha para servirle de pedestal, porque tiene la pluma fácil o la palabra de colores”.

Un segundo asistente me preguntó si yo “sería feliz si no hubiera existido Rubén Darío”, a lo que contesté que sí, porque en las cosas del arte no soy hombre de un solo libro, soy cosmopolita. Un tercero me preguntó si Darío fue coherente en sus artículos, a lo que respondí que no, él padeció de una ambivalencia ingénita, y que a esta clase de seres los describe muy bien en su obra “El Criterio”, Jaime Balmes, conocido en el mundo de las letras como el filósofo de Vich.

Si se confronta su artículo “¿Por qué?”, leído por el doctor Arellano, con “Dinamita”, tema central de mi exposición, su ambivalencia es irrefutable. Lo mismo sucede al comparar su artículo “El triunfo de Calibán” de 1898 al declararle los Estados Unidos la guerra a España, en donde le dice a los norteamericanos “Búfalos con dientes de plata que habitan casas de mastodontes”, “estupendos gorilas colorados”, “ni toda la racha de los siglos podrán pulir a la gran bestia”, con su “Salutación al águila”, escrito en 1906 en Rio de Janeiro, en donde les dice que son bellos, que son lindos, y los invita a invadir América, y renuncia a su latinidad.

Doy mis más efusivas gracias a la mayoría de los asistentes, que estuvieron de acuerdo con mi tesis, a las damitas que sonrientes y emocionadas me regalaron sus besos, y al doctor Arellano, que al día siguiente tuvo la nobleza de llamarme para felicitarme.


* Escritor autodidacta

Tel. 2268-9093

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