14 de julio de 2012
Managua, Nicaragua | elnuevodiario.com.ni
Compendio de una conferencia
Manuel
Aragón Buitrago | Opinión
Invitado por Ariel Montoya, presidente de la
Fundación Esquipulas, y por el simpático Lolito Morales, a dar una conferencia
en el Teatro Nacional Rubén Darío, el pasado lunes 9 de julio, sobre el
antiobrerismo de Rubén Darío, me presenté con mis armas de combate, llevando
como tema el artículo “Dinamita” del poeta, siendo mi oponente el reconocido
intelectual doctor Jorge Eduardo Arellano. La asistencia fue satisfactoria y
estimulante, ya que patentiza que hay en Nicaragua personas interesadas en las
cosas del espíritu y del intelecto, ansiosas de adquirir conocimientos.
En el transcurso de mi disertación, mencioné
la axiomática afirmación del poeta alemán Johann Wolfgang Goethe, de que “la
ignorancia es atrevida”. Al pasar al acto de preguntas y respuestas, una damita
joven, emponzoñada por el virus de la pasión e intolerancia, dijo, más que
preguntó, que “la soberbia también es atrevida”, y que yo era un soberbio. En
esta clase de eventos son estas cosas normales, y algunas veces la pasión, como
siempre, obnubila la razón. El dicho de dicha damita, confirma lo dicho por
Goethe, descubriéndose al mismo tiempo como una desconocedora del temperamento
vanidoso y autoalabancioso de su ídolo, demostrando que, como los antiguos
helenos, adora a un dios no conocido, como la mayoría de los nicaragüenses, y
que la autoalabanza, lejos de ser una virtud, es soberbia.
Según don Miguel de Cervantes Saavedra, que
no sé si lo habrá oído mencionar la señorita, “la alabanza propia envilece”.
“Cree el soberbio –dice José Martí– que la tierra fue hecha para servirle de
pedestal, porque tiene la pluma fácil o la palabra de colores”.
Un segundo asistente me preguntó si yo “sería
feliz si no hubiera existido Rubén Darío”, a lo que contesté que sí, porque en
las cosas del arte no soy hombre de un solo libro, soy cosmopolita. Un tercero
me preguntó si Darío fue coherente en sus artículos, a lo que respondí que no,
él padeció de una ambivalencia ingénita, y que a esta clase de seres los
describe muy bien en su obra “El Criterio”, Jaime Balmes, conocido en el mundo
de las letras como el filósofo de Vich.
Si se confronta su artículo “¿Por qué?”,
leído por el doctor Arellano, con “Dinamita”, tema central de mi exposición, su
ambivalencia es irrefutable. Lo mismo sucede al comparar su artículo “El
triunfo de Calibán” de 1898 al declararle los Estados Unidos la guerra a
España, en donde le dice a los norteamericanos “Búfalos con dientes de plata
que habitan casas de mastodontes”, “estupendos gorilas colorados”, “ni toda la
racha de los siglos podrán pulir a la gran bestia”, con su “Salutación al
águila”, escrito en 1906 en Rio de Janeiro, en donde les dice que son bellos,
que son lindos, y los invita a invadir América, y renuncia a su latinidad.
Doy mis más efusivas gracias a la mayoría de
los asistentes, que estuvieron de acuerdo con mi tesis, a las damitas que
sonrientes y emocionadas me regalaron sus besos, y al doctor Arellano, que al
día siguiente tuvo la nobleza de llamarme para felicitarme.
* Escritor autodidacta
Tel. 2268-9093
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Favor evitar comentarios con palabras inapropiadas