5
de enero de 2013
Managua, Nicaragua |
elnuevodiario.com.ni
Darío versus Martí
Manuel
Aragón Buitrago | Opinión
Escuchemos el discordante juicio que de los negros hace el argentino
Damián Lan, calificado por Darío de “estimado escritor”: “Y no he visto, ya que
de audacias hablo, nada más atrevido que el negro americano. ¡Ah los negros!
Son el terror de los turistas y la sombra nefasta de sus compatriotas blancos.
La negrada es un problema social en los Estados Unidos. Son aquí una familia de
nueve millones de individuos perversos y despechados contra el blanco, que les
ha tratado siempre con rigor, y por eso ha provocado en ellos un odio profundo
que va sucediéndose de generación en generación como legado hereditario, y
demuestra al blanco el más decidido desprecio. ¿Qué, mucho entonces que en la
práctica la Ley Lynch subsista aquí todavía?”.
Una de cal y otra de arena, el señor Lan acusa y justifica. Oigamos al
áspid francés Remy de Gourmont, según Darío “de sabia opinión”, escupir su
veneno: “Hay pastores negros, hay curas negros, ¿qué hugonote francés, cuál de
nuestros paisanos católicos, iría a confesarse, sin risa o sin asco, con ese
ministro negro de su propia religión?”.
El tercer soporte de Darío es el brasileño doctor Roxo, que expone con
“su sabia memoria”: “Después de haber estudiado en sus pormenores las
perturbaciones mentales de los negros, es un hecho comprobado que la raza negra
es inferior; en la evolución natural es retardataria, y mientras el cerebro de
los negros no entre en un período de actividad creciente, será una utopía la
nivelación de la razas”.
José Luis Pinillos, en su obra “La mente humana”, certifica: “En esencia
el argumento empirista en pro de la igualdad de las razas humanas, puede
resumirse así: en condiciones semejantes, los rendimientos intelectuales de
todas las razas, son asimismo semejantes”.
Para purificar las mentes polucionadas de racismo dariano, citaré
algunos ejemplos de talentos negros: Louis Armstrong, iniciador del jazz
clásico, cantante, concertista y excelente trompetista; Josephine Baker,
cantante, bailarina, actriz de cine y animadora de revistas; nacionalizada
francesa, muere en París en 1975; Chloe Anthony Wolford Morrison, escritora,
Premio Nobel 1993; Bárbara Hendricks, soprano nacionalizada sueca; ha actuado
en los principales teatros de ópera, eminente concertista con un reparto que
abarca desde el “lied” hasta la música contemporánea. Martin Luther King,
Premio Nobel de la Paz 1964, murió asesinado; Kwasi Kwarteng, actualmente
miembro del Parlamento inglés. Hoy podemos ver a negros de ambos sexos
integrando la Corte Internacional de Justicia de La Haya, y un negro, por
primera vez en la historia del Brasil, nombrado este año (2012), Presidente de
la Corte de Justicia.
En carta de Martí a la “Opinión Pública” de Montevideo, del 26 de agosto
de 1889, denunciaba: “Lo de Lynch es toda seriedad, porque muestra la llaga que
llevan en su corazón los que se alimentaron con sangre esclava y hoy viven como
sobre carbones ardientes, rechazando con furia el aire negro, el amor negro, la
ambición del negro; no hay día sin linchamiento de negros en los Estados Unidos
del Sur; ya está donde no puede ser más la agonía del negro vencido. El negro
que embruteció, que azotó, que crió en ira, se reproduce con la fecundidad de
los infelices, que buscan en su mujer el goce y compañía que el hombre
venturoso halla en más de una fuente, y no solo en la alcoba. El blanco del
Sur, cuando ve que el negro se le iguala en lo real de la vida, lincha al
negro”
He aquí frente a frente a Darío y su “ilustre comitiva”, y a Martí con
su corazón ánfora de inagotable amor a sus semejantes, avergonzando a quien
tuvo la osadía de llamarlo maestro. Los soportes de que se vale Darío para
execrar a una raza, sin pensar que disminuyendo a otros hombres se disminuía a
sí mismo, son moralmente comparables a los testigos de que se valieron los
jueces atenienses para condenar a Sócrates.
* Escritor autodidacta.
Tel. 2268-9093
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