LA
OBRA DE JEHOVÁ
Manuel Aragón
Buitrago
“Y vio Jehová que la maldad de los
hombres era mucha en la tierra, y que todo designio del corazón de ellos era de
continuo solamente el mal. Y se
arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado,
desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues
me arrepiento de haberlos hecho”. Gén. 6:5-7.
¿Qué pecado habían cometido las
bestias y avecillas del cielo?
“Y miró Dios la tierra, y he aquí
que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la
tierra. Y dijo, pues, Dios a Noé: He
decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa
de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra”. Gén. 6:12-13.
“¡Demasiadas cosas se le malograron
a ese alfarero que no había aprendido bien su oficio! Pero el hecho de que se
vengara de sus pucheros y criaturas porque le hubiesen salido mal a él, eso es
un pecado contra el buen gusto”. Federico
Nietzsche.
“La perfección de la obra está
siempre en relación directa de la perfección del obrero. Es el obrero el que
debe acomodarse a las exigencias de su obra”: Platón. “La República”.
“¿Por qué fue creado el hombre? O
por lo menos, ¿por qué no se creó en su lugar algo honroso? Dios tuvo su
oportunidad. Pudo haberse llenado de prestigio. Pero no, tenía que entregarse a
esta grotesca locura, a esta calaverada, que tuvo que darle remordimientos
cuando se puso a pensarlo y observó sus efectos”. “El hombre es un conjunto de
perversidad, cobardía, debilidad y absurdos, un organismo enfermo, un parásito
de la naturaleza, un animal atolondrado, pero asesino, más bajo que el cerdo,
es un museo de enfermedades, una casa de impurezas. No fue hecho de barro, sino
de cieno”. Mark Twain.
“El hombre no es razón, sino un haz
de contradicciones”. Miguel de Unamuno.
“El hombre no tiene más males que
los que se ha dado el mismo”. “¿Por qué el hombre solo está sujeto a volverse
tonto?”. Juan Jacobo Rousseau.
“De repente me sentí asqueado de la
brutalidad humana, asqueado de guerras y matanzas, de mentiras y manejos políticos,
asqueado de la civilización de las drogas, de la pornografía, del terror que se
cierne sobre nosotros cada mañana. Estaba sumido en un abatimiento total. ¡Sentía miedo, vergüenza y tristeza de ser
hombre!”. Morris L. West.
“El hombre es lobo del hombre”. Plauto.
JEHOVÁ
NO CUMPLIÓ SU PALABRA
No destruyó al hombre, más bien lo
dejó vivir para que él se encargara de la destrucción de la tierra. “El hombre,
dice Rousseau, es su propio tirano y el de la naturaleza”.
Escuchemos lo que al respecto
citado nos dice Henry Miller en su obra “Trópico
de Cáncer”: “El mundo, nuestro mundo, lleva cien años o más muriendo. El
mundo está pudriéndose, muriendo poco a poco. Pero necesita el golpe de gracia,
necesita saltar en pedazos. Ninguno de nosotros está intacto. Vamos a
consignarlo: este mundo ha muerto, pero aún no ha recibido sepultura. Estamos
nadando en la superficie del tiempo, todo lo demás ha naufragado, está
naufragando, va a naufragar”. “El mundo que nos rodea está desintegrándose y
deja aquí y allá lunares de tiempo. El mundo es un cáncer que se devora a sí
mismo. Estoy pensando en que, cuando el gran silencio descienda sobre todo y
por doquier, la música triunfará por fin. Cuando todo vuelva a retirarse a la
matriz del tiempo, reinará el caos de nuevo, y el caos es la partitura en que
se escribe la realidad. El universo ha mermado: sólo tiene una manzana de largo
y no hay estrellas, ni árboles, ni ríos. La gente que vive aquí está muerta”.
El grito de Miller, es una mezcla
de lamento angustioso, de acusación, de denuncia y advertencia de un hombre que
está despierto y no es indiferente a la universal tragedia que se cierne sobre
las generaciones futuras, que afectará primero a los pobres, pero que a los
ricos que la causaron también les llegará su turno.
En Nicaragua no tenemos escritores
a lo Miller, nuestros escritores viven en las estrellas, sus pies están
suspendidos sobre la tierra, es por eso que sólo escriben bobadas con que
deleitan a los bobos. Ese es su público.
Mientras los pueblos duermen y las
juventudes están intoxicadas por los vicios y deportes, la motosierra trabaja:
los árboles caen, los ríos se secan, la tierra muere. El bárbaro español juzgó
salvaje a nuestros antepasados porque la tala de un árbol era precedida de una
ceremonia ritual en que se le pedía perdón, el tiempo y la razón se han
encargado de decirnos quienes son los verdaderos salvajes. Los incas siempre
han llamado a la tierra “la pacha mama”,
porque ella nos da nuestros alimentos, y hasta hoy, mientras otros la
destruyen, un día del año ellos le rinden homenaje y con ingenuo amor le hacen
regalos.
Nuestros “intelectuales”, así
entrecomillados, son también indiferentes al cataclismo apocalíptico en marcha.
Ellos andan muy afanados en busca de áurea fama con sus escritos inópicos de
vital importancia. No se han dado cuenta que escriben para ellos, y que sus
escritos son mirados con desdén por las personas que piensan.
JOHN STEINBECK
John Steinbeck, Premio Nobel de
Literatura 1962, narra en su obra “Viajes
con Charley”, que es un perro: “Hace
unos años, un recién llegado, un extraño, se mudó a mi región cerca de
Monterrey. Debía tener los sentidos mellados por el dinero y el afán de
conseguirlo. Compró un bosquesillo en un valle profundo cerca de la costa, y
luego, como era su derecho de propietario, lo taló y vendió la madera, y dejó
en el suelo los restos de su carnicería. La gente quedó escandalizada y
anonadada. No solo era un asesinato sino un sacrilegio. Mirábamos a ese hombre
con odio, y quedó marcado hasta el día de su muerte”. “He visto una mirada en
los ojos de los perros, una mirada fugaz de pasmado desdén y estoy convencido
de que los perros creen que los humanos están locos”.
¿Cuándo tendremos en Nicaragua un Steinbeck?
No soy arúspice, pero me atrevo a pronosticar: ¡NUNCA!.
En este país hemos tenido grandes
arbolicidas: Segundo Astorga, Carlos
Morales Orosco, y otros. Morales Orosco fue muerto por los sandinistas en
la montaña cuando en plena guerra andaba en busca de su oro. Para mi no fue un
crimen, fue un ajusticiamiento involuntario. Ellos hicieron famosos lo que
llamaron “benques de madera”. Yo he
visto llorar a mi esposa al contemplar del río Gil Gonzáles que conoció
caudaloso, sólo el cauce. En Puerto Cabezas una empresa norteamericana hizo tal
despale de pinos, que dejó un llano de troncos conocido como “la tronquera”.
Las consecuencias de la destrucción
de este planeta ya se evidencian en algunos lugares del continente africano,
son miles los que mueren lentamente condenados al suplicio de Tántalo: la sed y
el hambre.
RUBÉN
DARÍO PROFÉTICO
“Después
de todo, todo es nada, la gloria comprendida. Si es cierto que “el busto
sobrevive a la ciudad”, no es menos cierto que lo infinito del tiempo y del
espacio, el busto como la ciudad, y, ¡ay!, el planeta mismo, habrán de
desaparecer ante la mirada de la única Eternidad”.
Escritor
autodidacto
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