RUBÉN
DARÍO EPÍGONO CONFESO
Manuel
Aragón Buitrago
Si San
Agustín y Rousseau hicieron sus confesiones, Darío nos dejó las suyas. Si he escandalizado a algunos con mis
escritos, es porque como Rubén dice: “el amor no admite cuerdas reflexiones “.
Los argumentos usados en mi crítica al poeta, los vitaliza el juglar de
Margarita y de Los Motivos del lobo. Los
apologistas del poeta están molestos porque doy a conocer un Darío secuestrado
largo tiempo por ellos.
Las
confesiones de Darío en “Historia de mis libros “, son una rotunda negación a
la generalizada afirmación de que el aedo fue genio. “ Ser genio – certifica
Leopoldo Zea – implica partir de sí mismo “.
Escuchemos
a Rubén confesando haber sido “caja de resonancia “de otros autores en un
popurrí de escuelas literarias de entonces: “Azul es un libro parnasiano. En El rey burgués creo reconocer la
influencia de Daudet ( naturalista ) ; en El Sátiro sordo , el procedimiento es
más o menos mendesiano ( parnasiano ) , pero se impone el recuerdo de Víctor
Hugo ( romántico ) , y de Flaubert ( realista ); en La Ninfa, los modelos son
los cuentos parisienses de Mendès ( parnasiano ) , Armand Silvestre y Mezeroi ;
en El Fardo , triunfa la entonces en auge escuela de Zolà ( el naturalismo );
en El Velo de la Reina Mab, sí , mi imaginación encontró asunto apropiado, el
deslumbramiento shakespeareano me poseyó, y realicé por primera vez el poema en
prosa ; La muerte de la emperatriz de la China, es un cuento ingenuo, con algún
eco a lo Daudet (naturalista ). Al Mejicano Díaz Mirón, lo imité en ciertos
versos agregados en ediciones posteriores de Azul “.
En la
poesía, el mismo acontecer. Oigámosle al
referirse a Prosas Profanas : “ En Era un aire suave , sigo el precepto del
Arte Poético de Verlaine ( simbolista ); en Del Campo , me ampara la sombra de
Banville ( romántico ) , La Canción de Carnaval es también a lo Banville ; en
El paisaje, escribí como escuchando los violines del Rey , poseyeron mi
sensibilidad Rameau y Lully ( Juan Felipe Rameau , compositor francés innovador
de la ópera ; Juan Bautista Lully, músico francés nacido en Florencia , creador
de la òpera en francia ) ; El País del sol, es formulado a la manera de los “
Lieds de France “ de Catulle Mendès ( romántico – parnasiano ); Cosas del Cid
encierra una leyenda que narra en prosa Barbey D’Aurevilly y que, en verso he
continuado “.
En el
ensayo “La formación literaria de Rubén Darío “del norteamericano Charles
Dunton Watland, su tesis al graduarse Doctor en Filosofía en la Universidad de
Minnesota, cita a Andrés González Blanco diciendo: “¡Cuánto trabajo cuesta
llegar a la originalidad! Para tener personalidad propia, le fue menester a
Darío recorrer todas las etapas de indecisión y tanteo. ¡Cuántos caminos
trillados pisó antes de encontrar su camino! ¡Cuántos materiales extraños
acumuló para construir su propia casa!” González Blanco con Alberto Ghiraldo, editó parte de las
obras de Darío.
“Me
encantan – dice Darío- los poetas que como el árbol de su floresta, dan la flor
propia “, más en él no todo fue flor propia “, esto se comprueba al comparar su
Rima XI con Introducción Sinfónica a las Rimas de Bécquer. Lo fatal tiene también brisas
becquerianas. Los Motivos del Lobo
tienen su embrión en el capítulo XX de Las Florecillas de San Francisco.
“Darío
miente al decir: “No gusto de moldes nuevos ni viejos. Mi verso ha nacido siempre con su cuerpo y su
alma, y no le he aplicado ninguna clase de ortopedia. Cuando afirma: “Azul es parnasiano “, no supo
lo que decía, acusativo prodromàtico de que su salud mental no marchaba
bien. Azul es el resultado de las
cohabitaciones cerebrales de Darío con diversos autores y, por lo tanto,
literariamente bastardo.
Consejo
dariano: “Quien siga servilmente mis huellas perderá su tesoro personal y, paje
o esclavo, no podrá ocultar sello o librea “, pero fue él, el más genuino
transgresor de sus preceptos.
Epicteto,
esclavo- filósofo frigio (50-120 d.n.e),
aconseja: “No hacerse valer por cosas que dependan de otros, sino de uno mismo,
o renunciar a hacerse valer “.
Don Juan
Ramón Jiménez describe así el
eclecticismo dariano: “Darío tiene rosas de la primavera de Hugo, violetas de
Bécquer y plantas de Verlaine”. (Verlén). “La humanidad amará siempre a
Rousseau por haber confesado sus pecados no a un sacerdote, sino al mundo”.
Oscar Wilde. Lo mismo hizo Darío, merece respeto.
Escritor
y poeta
Tel.
2268-9093
25.01.16
No existe y no existirá nunca nadie "original". La "originalidad" se logra inevitablemente copiando o imitando a los demás.
ResponderBorrarMilton Halton