martes, 4 de marzo de 2014

ACADEMIAS Y ACADÈMICOS

Manuel Aragón Buitrago

Leemos algunas veces cosas que apacientan nuestro espíritu, y otras, adefesios que nos ponen los cabellos hirsutos y provocan vómito, ya que son ofensivos a la moral de quienes aún tienen moral.

Las Academias son integradas por seres humanos, y , por ende, expuestas al yerro de algunos de sus componentes que contribuyen a su descrédito.  La mayoría de sus integrantes, con pocas excepciones, son cazadores de fama, dotados de una bulimia patológica de honores y de aplausos.

“Cuando veo que hacía un hombre o grupo se dirige fácil e insistente el aplauso, dice Ortega y Gasset, surge en mí la vehemente sospecha de que en ese hombre ò en ese grupo, tal vez junto a dotes excelentes, hay algo sobremanera impuro.  Acaso es èsto un error que padezco, pero debo decir que no lo he buscado, sino que lo ha ido decantando dentro de mí la experiencia “.

Tanto la petulancia como defecto, y la modestia como virtud, son cosas inherentes al ser humano. Don Juan Ramón Jiménez , cuya modestia es indubitable, fue un antiacadémico pertinaz. Escuchémosle: “ A mí me han invitado tres veces a ocupar un sillón de la Academia , en la época de la monarquía, de la República y del franquismo.  Las tres veces decliné afectuosamente el honor.  La segunda vez, mi querido amigo Gregorio Marañón, que tiene la coquetería de pertenecer a todas las academias, vino una noche a mi casa durante la República, para decirme que la Academia había decidido votarme por unanimidad para un sillón, si yo estaba dispuesto a aceptarlo.  Según me dijo Marañón, la Academia había decidido establecer un turno de académicos de derecha y de izquierda,  y que a mí me tocaba ser poeta académico izquierdista.  Yo le contesté que en política yo era tan libre como en poesía, y que yo escribía con la mano derecha y la izquierda al mismo tiempo.  Entonces me dijo que él era también libre, y yo le repliqué que, fuese él lo que fuese, yo comprendía su utilidad adjunta en la Academia de la Lengua: mirar la lengua de los académicos y, si la tenían sucia, purgarlos, ya que el mote de la institución es limpiar, fijar y dar esplendor a muestro complicado idioma más o menos digestivo; pero que yo no era médico, por desgracia para mí La Academia no me interesa como premio; prefiero mi ramita de perejil espartana.  Tampoco la quiero como ganancia material.  Como asiento cómodo, estoy mucho más a gusto en mi casa, donde me siento a como se me antoja.  En último caso y, a lo que parece, según la abundancia de académicos que en estos últimos años han aceptado un sillón en la Academia, ésta puede considerarse como un casino de viejos o envejecidos o envejecientes; pero yo nunca he sido socio de ningún casino”.  Ortega y Gasset. Miguel de Unamuno, Antonio Machado, y Jacinto Benavente, aceptaron el “infamante sillón “, pero nunca llegaron a leer sus discursos de ingreso.

El caraqueño Andrés Bello, padre de la primera gramática del español de América, piensa de La Real Academia Española de la Lengua con altivo y elegante espíritu independiente: “ Nosotros nos contamos en el número de los que más aprecian los trabajos de la Academia Española, pero no somos de aquellos que miran con una especie de veneración supersticiosa sus decisiones,(“sus idiotismos”, señala don Ricardo Palma ) o como si tuviese alguna soberanía sobre el idioma, para mandarlo hablar y escribir de otro modo que como lo pida el buen uso o lo aconseje la recta razón“.

 La Academia francesa tuvo sus críticos en los hermanos Edmundo y Julio Goncourt. Atendamos su protesta por una asignación de premios: “Desde el momento en que, esta vez, presentàbanse dos poetas a la Academia: uno llamado Autran y otro Thèophile Goutier, y la Academia ha elegido a Autran, nuestro convencimiento es de que está compuesta de cretinos o de personas sin honradez“.
“La Academia, única institución que sobrevive al pasado, buscando el suicidio, apartándose de todo lo que es vida y juventud, premia los anónimos, los libros que no se leen, los poetas desconocidos: la apoteosis de los frutos secos”. ¡Igual andamos por nuestra casa!
“La Real Academia- dice Darío-, es la Santa Sede de las letras castellanas.  El conde de Cheste es el Papa. Unos cuantos académicos esparcidos entre nosotros, desempeñan el papel de obispos sin feligreses”.

Las Academias , están conformadas por elementos de la clase dominante, que creen, en su delìrica fatamorgana, ser los dueños del pensamiento nacional , los rectores supremos e indiscutibles, que sólo ellos piensan, y que el pueblo está compuesto de imbéciles acémilas.  Se equivocan, “el antiguo legislador llamado vulgo “, la opinión pública, ha existido siempre.
Imposible me es, describir con palabras, el estupor que me causó la calaverada escatológica de que el delincuente Humberto Ortega, general de “ópera bufa”, había sido nombrado “miembro honorífico de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua”, promocionado por el engreído, palurdo y narcisista Roberto Sánchez , quien está bien ubicado en el tropel de Hombres de Negocios, donde le rinden pleitesía de demiurgo que es con lo que alimenta su patológica vanidad.  Fue a él a quien le llegó al magín, la nauseàtica idea, de convertir la Academia en muladar con dicho nombramiento, siendo secundado por la momia conservadora candidato al carbono 14 Emilio Álvarez Montalván, por Jaime Incer Barquero, que como ministro de Marena fue un rotundo fracaso, y por el ilustrísimo Dr. Jorge Eduardo Arellano restando lustre a su prestigio. El que con lobos anda a aullar aprende.
No obstante la repulsión causada por la asquerosa noticia, la foto donde aparecen cuatro de los historiadores mencionados ostentando sendos medallones colgantes que recuerdan el nido de la oropéndola, me ha servido de saludable alivio con la hilaridad que me produjo. Medallones que se han auto recetado con cuchara grande en premio de sus ilusas pretensiones de conductores del pueblo.  En el universo de las ideas, todos los pueblos han tenido personajes dignos de una comedia de Aristòfanes o de Molière.
“¡Vanidad de vanidades, dijo el predicador, todo es vanidad !”
“¡Apartaos del mal olor ! ¡Alejaos de la idolatría de los superfluos! “, advierte Nietzsche.
“De las epidemias de horribles blasfemias, de las Academias, líbranos Señor”, oracionò Darío.
A quien dinero tiene, así sea producto del robo, no le faltará nunca almibarada lengua que lo inciense. Al pobre no le ensalza nadie por muchos méritos que posea. “El adulador es un amigo de la más baja condición “, sentencia Aristóteles. El adulador nació con el género humano , es uno de sus componentes . Tal como el cuerpo es un almacén de parásitos, el adulador es un parásito social.
Me pregunto: ¿ Sabrán estos académicos que cosa es decoro? Yo les recomendaría como fármaco moral leer la Ética aristotélica.
El caso del “ general Caco”no es nuevo, ya en La República platónica escuchamos a Sócrates diciendo: “ Los ladrones comunes , cuando son cogidos in fraganti, son castigados con el último suplicio y se les denuesta con las calificaciones más odiosas según la naturaleza del delito que hayan cometido, se les llama sacrílegos, bandidos, pícaros, salteadores; pero si se trata de un tirano que se ha hecho dueño de los bienes y de las personas de sus conciudadanos, en lugar de darle estos epítetos detestables, se le mira como el hombre más feliz, lo mismo por los que él a reducido a la esclavitud , que por los que tienen conocimiento de su crimen”.
“El malhechor-acota Nietzsche-, ya no es proscrito ni expulsado, a la cólera general ya no le es lícito descargarse en èl con tanto desenfreno como antes, sino que a partir de ahora, el malhechor es defendido y protegido con cuidado contra esa cólera y, en especial, contra los inmediatos perjudicados”.
Sé no faltará quien, con lenguaje paralògico o transmutador, tratará de justificar eufemísticamente el delito cometido, porque es un delito de lesa patria, una inmoralidad histórica legada a las futuras generaciones.  Cualquiera, digo, que se atreva a justificar el hecho, es tan amoral y delincuente como ellos.  Esta ralea de pseudohistoriadores, es de quienes decía Cervantes “ debían ser quemados como los que hacen moneda falsa”. Hacer verdadera historia es dejar escrito el origen del multimillonario caudal del general de dedo: la venta de los helicópteros de el Ejército al Perú .

Hemos tenido historiadores dignos de crédito, criminalmente defenestrados de las aulas escolares y universitarias por Ministros de educación y rectores magníficos, que no pasan de ser funcionarios políticos amantes del buen sueldo, no educadores.  Hemos tenido, decía, historiadores que han honrado a este país y a Herodoto: José Dolores Gámez, Tomás Ayón, Jerónimo Pérez, Pío Bolaños, Francisco Ortega Arancibia. Todo lo actual es basura , ludibrio y escarnio.  La Academia de Geografía e Historia, está politizada.
Si Roberto Sánchez y estereotipos adjuntos tienen algún afecto hacia su general, es asunto personal, y no tienen por que enlodar a la sacrosanta historia en sus prostituciones.

Nicaragua es un país pequeño, es como un barrio en el cual todos se conocen.  Aquí sabemos quienes se han ensuciado y quienes permanecen limpios, aunque es cosa sabida que en política, no existe la honestidad.
“¡ Todo hiede a podrido en Dinamarca ! “

Según se ve, los académicos en Nicaragua no se rigen por pautas éticas. No es requisito sine qua non ser persona de bien, y, por lo visto, en “el affaire Ortega “, ni tener talento, bastan dos condiciones: tener dinero, o como lo manda el colonialismo interno: pertenecer a la clase dominante.

En mis incursiones investigativas de acucioso autodidacto con ansias de ilustración, he encontrado que ÊTICA ,” es la parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre”, y MORAL, “la ciencia que enseña las reglas que deben seguirse para hacer el bien y evitar el mal. Conjunto de las facultades del espíritu “. ¿ Conocen de estas virtudes los señores académicos ?.
Yo aconsejaría a los rectores de La Academia de Geografía e Historia, pedir a sus futuros integrantes un record de la Policía Nacional, y otro de la Interpol.

Cuando en los años 50 anduve con Daniel, un Daniel que no tenía nada que dar como ahora, y al cual era peligroso acercársele, éramos un grupo pequeño: Francisco Moreno que murió luchando en la montaña, Roberto Amaya y Hugo Medina, ambos asesinados por Alesio Gutiérrez en el barrio Monseñor Lezcano.  El chaguitero era Daniel, Humberto jamás abrió su boca, tenìala clausurada con el ominoso sello del silencio. Fue siempre un mudo asistente.



EN EL PALCO DEL GENERAL NO CABE EL PUEBLO

En entrevista de Félix Zurita a Humberto Ortega, “que había sido revolucionario” (Sic), éste exabruptò: “ Hay una jerarquía , la sociedad es como un estadio de fútbol. Al estadio entran cien mil, pero en el palco entran quinientas. Por mucho que usted quiera al pueblo, no puede meterlos a todos en el palco.  La naturaleza humana es así, nunca nadie esta conforme con lo que le toca “.

En Nicaragua, todos los pseudointelectuales que pululan por este suelo callaron.  Tuvo que ser un extraño a nuestro lar quien saltó a la palestra con su indignada crítica, ni nada más, ni nada menos , que el prestigioso uruguayo Eduardo Galeano quien no tiene parangón por estos lados, oigámosle :    “ Con diez años de guerra fue castigada Nicaragua, cuando cometió la insolencia de ser Nicaragua. Un ejército reclutado, entrenado, armado y orientado por los Estados Unidos atormentó al país durante los años 80, mientras una campaña de envenenamiento de la opinión pública mundial confundía el proyecto sandinista.  Al fin, como suele ocurrir, algunos dirigentes pecaron contra la esperanza, pegando una voltereta asombrosa contra sus propios dichos y sus propias obras”.

Nicaragua es como una aldea en donde se sabe qué es cada quien y su procedencia social.  ¿ Quién es el advenedizo de Humberto Ortega para que se exprese con ínfulas europàtridas ? ¿Para que desprecie con altaneros humos a los que con su sangre lo instalaron en el palco desde el cual ahora ladra? Ahora ya no es pueblo, su roja sangre se tornó azul.  Es la pretensión de todo rastacueros

Amasis, rey de Egipto , siendo al principio desdeñado por los egipcios debido a su origen plebeyo, recurrió al artificio de construir la estatua de un dios con los pedazos de una bañera de oro en la que se lavaban sus invitados y la colocó en la plaza.  Los egipcios le tributaron gran admiración y la adoraron.  Entonces Amasis le dijo al pueblo que la estatua que adoraban estaba hecha de un baño en el que antes se orinaban y lavaban los pies.  Del mismo modo les pedía que le venerasen a él , ya que, si antes había sido plebeyo, ahora era rey.
De igual manera, ahora adoran los académicos a Humberto Ortega, que, sin llegar a rey, no ha dejado de ser plebeyo.

Sé que este pequeño ensayo originará lo que Freud llama “conflicto de opiniones “ entre dos equipos que llamaré “ Los Sucios y Los Limpios “, quedando el arbitraje a cargo del pueblo consciente.  
La escuela de la vida me ha enseñado a temer de las personas limpias y perfumadas por fuera.  Muchas , muchísimas veces , esa limpieza, alcorza un alma moralmente pútrida.  Cuando he visitado el campo, me he sentido espiritualizado al contacto con los campesinos, qué , envueltos en sus humildes vestiduras, albergan dentro de sí un alma bellamente pura, y siento agradable el olor de ese sudor que exhalan, producido por su trabajo honrado. ¡ Su sinceridad es tonificante !
Siempre me ha sublimado lo qué , al término del diálogo platónico FEDRO, he dado en llamar “ la oración de Sócrates “, y que con mucho placer transcribo : “ Oh querido Pan, y todos los dioses que aquí habitéis, concededme que llegue a ser bello por dentro, y todo lo que tenga por fuera se enlace en amistad con lo de dentro; que considere rico al sabio; que todo el dinero que tenga sólo sea el que pueda llevar y transportar consigo un hombre sensato, y no otro. ¿Necesitamos de alguna otra cosa, Fedro ? A mí me basta con lo que he pedido “.



Dice un dicho popular que “ aunque el mono se vista de seda , mono se queda “. Los académicos de la Academia de Geografía e Historia no tenían mascota, ahora ya la tienen, un mono revestido con la seda de un dinero mal adquirido . Felicidades y buen provecho señores académicos, y que disfruten su mascota.

Pienso el caso que motivó este ensayo , debe analizarse a la luz de la escatología.

“¡ Ten cuidado rey de Prusia con los poetas, - sentenció Heine- , te pueden meter en los infiernos !”.





                                                                                                                     Escritor Autodidacta
                                                                                                                      Telf. 2268-9093-8879-2294



05 de Enero 2014.