ACADEMIAS Y ACADÈMICOS
Manuel Aragón
Buitrago
Leemos algunas veces cosas que apacientan nuestro espíritu, y otras,
adefesios que nos ponen los cabellos hirsutos y provocan vómito, ya que son
ofensivos a la moral de quienes aún tienen moral.
Las Academias son integradas por seres humanos, y , por ende, expuestas al
yerro de algunos de sus componentes que contribuyen a su descrédito. La mayoría de sus integrantes, con pocas
excepciones, son cazadores de fama, dotados de una bulimia patológica de
honores y de aplausos.
“Cuando veo que hacía un
hombre o grupo se dirige fácil e insistente el aplauso, dice Ortega y Gasset,
surge en mí la vehemente sospecha de que en ese hombre ò en ese grupo, tal vez
junto a dotes excelentes, hay algo sobremanera impuro. Acaso es èsto un error que padezco, pero debo
decir que no lo he buscado, sino que lo ha ido decantando dentro de mí la
experiencia “.
Tanto la petulancia como defecto, y la modestia como virtud, son cosas
inherentes al ser humano. Don Juan Ramón
Jiménez , cuya modestia es indubitable, fue un antiacadémico pertinaz. Escuchémosle:
“ A mí me han invitado tres veces a
ocupar un sillón de la Academia , en la época de la monarquía, de la República
y del franquismo. Las tres veces decliné
afectuosamente el honor. La segunda vez,
mi querido amigo Gregorio Marañón, que tiene la coquetería de pertenecer a
todas las academias, vino una noche a mi casa durante la República, para
decirme que la Academia había decidido votarme por unanimidad para un sillón,
si yo estaba dispuesto a aceptarlo. Según
me dijo Marañón, la Academia había decidido establecer un turno de académicos
de derecha y de izquierda, y que a mí me tocaba ser poeta académico
izquierdista. Yo le contesté que en
política yo era tan libre como en poesía, y que yo escribía con la mano derecha
y la izquierda al mismo tiempo. Entonces
me dijo que él era también libre, y yo le repliqué que, fuese él lo que fuese,
yo comprendía su utilidad adjunta en la Academia de la Lengua: mirar la lengua
de los académicos y, si la tenían sucia, purgarlos, ya que el mote de la
institución es limpiar, fijar y dar esplendor a muestro complicado idioma más o
menos digestivo; pero que yo no era médico, por desgracia para mí La Academia
no me interesa como premio; prefiero mi ramita de perejil espartana. Tampoco la quiero como ganancia
material. Como asiento cómodo, estoy
mucho más a gusto en mi casa, donde me siento a como se me antoja. En último caso y, a lo que parece, según la
abundancia de académicos que en estos últimos años han aceptado un sillón en la
Academia, ésta puede considerarse como un casino de viejos o envejecidos o
envejecientes; pero yo nunca he sido socio de ningún casino”. Ortega y Gasset. Miguel de Unamuno, Antonio
Machado, y Jacinto Benavente, aceptaron el “infamante sillón “, pero nunca
llegaron a leer sus discursos de ingreso.
El caraqueño Andrés Bello, padre
de la primera gramática del español de América, piensa de La Real Academia Española de la Lengua con altivo y elegante espíritu
independiente: “ Nosotros nos contamos
en el número de los que más aprecian los trabajos de la Academia Española, pero
no somos de aquellos que miran con una especie de veneración supersticiosa sus
decisiones,(“sus idiotismos”, señala don Ricardo Palma ) o como si tuviese
alguna soberanía sobre el idioma, para mandarlo hablar y escribir de otro modo
que como lo pida el buen uso o lo aconseje la recta razón“.
La Academia francesa tuvo sus críticos en los hermanos Edmundo y Julio Goncourt. Atendamos su protesta por una asignación
de premios: “Desde el momento en que,
esta vez, presentàbanse dos poetas a la Academia: uno llamado Autran y otro
Thèophile Goutier, y la Academia ha elegido a Autran, nuestro convencimiento es
de que está compuesta de cretinos o de personas sin honradez“.
“La Academia, única
institución que sobrevive al pasado, buscando el suicidio, apartándose de todo
lo que es vida y juventud, premia los anónimos, los libros que no se leen, los
poetas desconocidos: la apoteosis de los frutos secos”. ¡Igual andamos por
nuestra casa!
“La Real Academia- dice Darío-,
es la Santa Sede de las letras castellanas.
El conde de Cheste es el Papa. Unos cuantos académicos esparcidos entre
nosotros, desempeñan el papel de obispos sin feligreses”.
Las Academias , están conformadas por elementos de la clase dominante, que
creen, en su delìrica fatamorgana, ser los dueños del pensamiento nacional ,
los rectores supremos e indiscutibles, que sólo ellos piensan, y que el pueblo está
compuesto de imbéciles acémilas. Se
equivocan, “el antiguo legislador
llamado vulgo “, la opinión pública, ha existido siempre.
Imposible me es, describir con palabras, el estupor que me causó la
calaverada escatológica de que el delincuente Humberto Ortega, general de “ópera
bufa”, había sido nombrado “miembro honorífico
de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua”, promocionado por el engreído,
palurdo y narcisista Roberto Sánchez , quien
está bien ubicado en el tropel de Hombres
de Negocios, donde le rinden pleitesía de demiurgo que es con lo que
alimenta su patológica vanidad. Fue a él
a quien le llegó al magín, la nauseàtica idea, de convertir la Academia en
muladar con dicho nombramiento, siendo secundado por la momia conservadora
candidato al carbono 14 Emilio Álvarez Montalván,
por Jaime Incer Barquero, que
como ministro de Marena fue un rotundo fracaso, y por el ilustrísimo Dr. Jorge Eduardo Arellano restando
lustre a su prestigio. El que con lobos anda a aullar aprende.
No obstante la repulsión causada por la asquerosa noticia, la foto donde
aparecen cuatro de los historiadores mencionados ostentando sendos medallones
colgantes que recuerdan el nido de la oropéndola, me ha servido de saludable
alivio con la hilaridad que me produjo. Medallones que se han auto recetado con
cuchara grande en premio de sus ilusas pretensiones de conductores del
pueblo. En el universo de las ideas,
todos los pueblos han tenido personajes dignos de una comedia de Aristòfanes o
de Molière.
“¡Vanidad de vanidades,
dijo el predicador, todo es vanidad !”
“¡Apartaos del mal olor !
¡Alejaos de la idolatría de los superfluos! “, advierte Nietzsche.
“De las epidemias de
horribles blasfemias, de las Academias, líbranos Señor”, oracionò Darío.
A quien dinero tiene, así sea producto del robo, no le faltará nunca
almibarada lengua que lo inciense. Al pobre no le ensalza nadie por muchos
méritos que posea. “El adulador es un
amigo de la más baja condición “, sentencia Aristóteles. El adulador nació
con el género humano , es uno de sus componentes . Tal como el cuerpo es un
almacén de parásitos, el adulador es un parásito social.
Me pregunto: ¿ Sabrán estos académicos que cosa es decoro? Yo les
recomendaría como fármaco moral leer la Ética aristotélica.
El caso del “ general Caco”no es
nuevo, ya en La República platónica escuchamos
a Sócrates diciendo: “ Los ladrones
comunes , cuando son cogidos in fraganti, son castigados con el último suplicio
y se les denuesta con las calificaciones más odiosas según la naturaleza del
delito que hayan cometido, se les llama sacrílegos, bandidos, pícaros,
salteadores; pero si se trata de un tirano que se ha hecho dueño de los bienes
y de las personas de sus conciudadanos, en lugar de darle estos epítetos
detestables, se le mira como el hombre más feliz, lo mismo por los que él a
reducido a la esclavitud , que por los que tienen conocimiento de su crimen”.
“El malhechor-acota
Nietzsche-, ya no es proscrito ni expulsado, a la cólera general ya no le es
lícito descargarse en èl con tanto desenfreno como antes, sino que a partir de
ahora, el malhechor es defendido y protegido con cuidado contra esa cólera y,
en especial, contra los inmediatos perjudicados”.
Sé no faltará quien, con lenguaje paralògico o transmutador, tratará de
justificar eufemísticamente el delito cometido, porque es un delito de lesa
patria, una inmoralidad histórica legada a las futuras generaciones. Cualquiera, digo, que se atreva a justificar
el hecho, es tan amoral y delincuente como ellos. Esta ralea de pseudohistoriadores, es de
quienes decía Cervantes “ debían ser
quemados como los que hacen moneda falsa”. Hacer verdadera historia es
dejar escrito el origen del multimillonario caudal del general de dedo: la venta de los helicópteros de el Ejército
al Perú .
Hemos tenido historiadores dignos de crédito, criminalmente defenestrados
de las aulas escolares y universitarias por Ministros de educación y rectores
magníficos, que no pasan de ser funcionarios políticos amantes del buen sueldo,
no educadores. Hemos tenido, decía,
historiadores que han honrado a este país y a Herodoto: José Dolores Gámez, Tomás Ayón, Jerónimo Pérez, Pío Bolaños, Francisco
Ortega Arancibia. Todo lo actual es basura , ludibrio y escarnio. La Academia de Geografía e Historia, está politizada.
Si Roberto Sánchez y estereotipos
adjuntos tienen algún afecto hacia su general, es asunto personal, y no tienen
por que enlodar a la sacrosanta historia en sus prostituciones.
Nicaragua es un país pequeño, es como un barrio en el cual todos se
conocen. Aquí sabemos quienes se han
ensuciado y quienes permanecen limpios, aunque es cosa sabida que en política,
no existe la honestidad.
“¡ Todo hiede a podrido
en Dinamarca ! “
Según se ve, los académicos en Nicaragua no se rigen por pautas éticas. No
es requisito sine qua non ser persona de bien, y, por lo visto, en “el affaire Ortega “, ni tener talento,
bastan dos condiciones: tener dinero, o como lo manda el colonialismo interno: pertenecer a la clase dominante.
En mis incursiones investigativas de acucioso autodidacto con ansias de ilustración,
he encontrado que ÊTICA ,” es la
parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre”,
y MORAL, “la ciencia que enseña las
reglas que deben seguirse para hacer el bien y evitar el mal. Conjunto de las facultades del espíritu “.
¿ Conocen de estas virtudes los señores académicos ?.
Yo aconsejaría a los rectores de La
Academia de Geografía e Historia, pedir a sus futuros integrantes un record
de la Policía Nacional, y otro de la Interpol.
Cuando en los años 50 anduve con Daniel, un Daniel que no tenía nada que
dar como ahora, y al cual era peligroso acercársele, éramos un grupo pequeño:
Francisco Moreno que murió luchando en la montaña, Roberto Amaya y Hugo Medina,
ambos asesinados por Alesio Gutiérrez en el barrio Monseñor Lezcano. El chaguitero era Daniel, Humberto jamás
abrió su boca, tenìala clausurada con el ominoso sello del silencio. Fue siempre un mudo asistente.
EN EL PALCO DEL GENERAL
NO CABE EL PUEBLO
En entrevista de Félix Zurita a Humberto Ortega, “que había sido revolucionario” (Sic), éste exabruptò: “ Hay una jerarquía , la sociedad es como
un estadio de fútbol. Al estadio
entran cien mil, pero en el palco entran quinientas. Por mucho que usted quiera
al pueblo, no puede meterlos a todos en el palco. La naturaleza humana es así, nunca nadie esta
conforme con lo que le toca “.
En Nicaragua, todos los pseudointelectuales que pululan por este suelo
callaron. Tuvo que ser un extraño a
nuestro lar quien saltó a la palestra con su indignada crítica, ni nada más, ni
nada menos , que el prestigioso uruguayo Eduardo
Galeano quien no tiene parangón por estos lados, oigámosle : “
Con diez años de guerra fue castigada Nicaragua, cuando cometió la insolencia
de ser Nicaragua. Un ejército reclutado, entrenado, armado y orientado por los
Estados Unidos atormentó al país durante los años 80, mientras una campaña de
envenenamiento de la opinión pública mundial confundía el proyecto
sandinista. Al fin, como suele ocurrir,
algunos dirigentes pecaron contra la esperanza, pegando una voltereta asombrosa
contra sus propios dichos y sus propias obras”.
Nicaragua es como una aldea en donde se sabe qué es cada quien y su
procedencia social. ¿ Quién es el
advenedizo de Humberto Ortega para que se exprese con ínfulas europàtridas ?
¿Para que desprecie con altaneros humos a los que con su sangre lo instalaron
en el palco desde el cual ahora ladra? Ahora ya no es pueblo, su roja sangre se
tornó azul. Es la pretensión de todo
rastacueros
Amasis, rey de Egipto , siendo al principio desdeñado por los egipcios
debido a su origen plebeyo, recurrió al artificio de construir la estatua de un
dios con los pedazos de una bañera de oro en la que se lavaban sus invitados y
la colocó en la plaza. Los egipcios le
tributaron gran admiración y la adoraron.
Entonces Amasis le dijo al pueblo que la estatua que adoraban estaba
hecha de un baño en el que antes se orinaban y lavaban los pies. Del mismo modo les pedía que le venerasen a
él , ya que, si antes había sido plebeyo, ahora era rey.
De igual manera, ahora adoran los académicos a Humberto Ortega, que, sin
llegar a rey, no ha dejado de ser plebeyo.
Sé que este pequeño ensayo originará lo que Freud llama “conflicto de opiniones “ entre dos
equipos que llamaré “ Los Sucios y Los
Limpios “, quedando el arbitraje a cargo del pueblo consciente.
La escuela de la vida me ha enseñado a temer de las personas limpias y
perfumadas por fuera. Muchas ,
muchísimas veces , esa limpieza, alcorza un alma moralmente pútrida. Cuando he visitado el campo, me he sentido
espiritualizado al contacto con los campesinos, qué , envueltos en sus humildes
vestiduras, albergan dentro de sí un alma bellamente pura, y siento agradable
el olor de ese sudor que exhalan, producido por su trabajo honrado. ¡ Su sinceridad
es tonificante !
Siempre me ha sublimado lo qué , al término del diálogo platónico FEDRO, he dado en llamar “ la oración de Sócrates “, y que con mucho placer transcribo : “ Oh querido Pan, y todos los dioses que
aquí habitéis, concededme que llegue a ser bello por dentro, y todo lo que
tenga por fuera se enlace en amistad con lo de dentro; que considere rico al
sabio; que todo el dinero que tenga sólo sea el que pueda llevar y transportar
consigo un hombre sensato, y no otro. ¿Necesitamos de alguna otra cosa, Fedro ?
A mí me basta con lo que he pedido “.
Dice un dicho popular que “ aunque
el mono se vista de seda , mono se queda “. Los académicos de la Academia de Geografía e Historia no
tenían mascota, ahora ya la tienen, un mono revestido con la seda de un dinero
mal adquirido . Felicidades y buen provecho señores académicos, y que disfruten
su mascota.
Pienso el caso que motivó este ensayo , debe analizarse a la luz de la
escatología.
“¡ Ten cuidado rey de
Prusia con los poetas, - sentenció Heine- , te pueden meter en los infiernos
!”.
Escritor Autodidacta
Telf.
2268-9093-8879-2294
05 de Enero 2014.